El día comenzó con un madrugón de escandalo, cogiendo el bus, y con un paseito en el mismo, de unas 5 horitas, aunque en cuerpos curtidos en la carretera como los nuestros y hechos al polvo y caminos de baches..., para nosotros una mera anécdota.
Cuando llegamos a la zona, conocida como Chapare, una de las estribaciones del Amazonas, con una naturaleza exuberante, mosquitos de todas las formas y tamaños, nuevos colores y olores, así como paisages dignos de cualquier documental de TV2 despues de comer.
Nos alojamos en el hotel los Tucanes, un paraiso alojamiento, con Bungalows, piscina, pistas deportivas..., el mejor hasta la fecha, con camas super grandes, y todo en muy buenas condiciones. En el momento, nos dimoscuenta que el viaje había valido la pena.Nos instalamos y disfrutamos de una agradable comida, con un elemento innovador, "El palmito" del que ya hablaremos mas adelante.
Por la tarde, despues de comer, nos aventuramos a visitar una reserva de adaptación de monos, donde pudimos interactuar con Tejones, monos Capuchinos, ardilla y araña..., nos los pintaron muy mal, prácticamente como unos asaltantes, pero al final fue una bonita experiencia, aunque con algún que otro susto.
Desde allí, alguna expedición por unos rio cerca, con los consiguientes books fotográficos.
De vuelta para los Tucanes, estubimos colaborando con "Amigonianos de Hellín" en una investigacion sobre el impacto del Programa Modalidad B nos entrevistamos con ellos, y tras el trámite, nos dirigimos a degustar una de las mejores cenas y mas entrañables de las que hemos tenido hasta la fecha. Consistió en un pescado tipico llamado Surubi,hecho en las brasas, el cual nos lo comimos con las manos en una hoja de palma, acompañado de yuca, cebolla, tomate, pepinillo..., todo un placer al alcance de los sentidos...
De ahí volvimos al alojamiento y disfrutamos de una agradable sueño en las mejores camas que hemos conocido de Bolivia.